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CULTURA

Puesta en Valor del Trapiche Azucarero de 1808

El Camino Real, ubicado en Fray Mamerto Esquiu, Catamarca, alberga las ruinas del primer trapiche azucarero del país, construido en 1808, siendo considerado como el sitio de origen de la industria azucarera nacional.

Autoridades del Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles, encabezadas por el Secretario de Proyectos y Planificación de Obras, Eduardo Adén Monferrán, junto a la Secreteria de Obras Públicas del Municipio de FME, Natasha Solá, y representantes de la Corporación Andina de Fomento, visitaron la obra de puesta en valor del Camino Real.

Durante el recorrido, se destacó el trabajo realizado en el TRAPICHE AZUCARERO, parte integral de la restauración, recuperación y realce de este camino histórico, que resguarda el inicio de la industria azucarera nacional.

Este proyecto, financiado por la CAF (Corporación Andina de Fomento) del Banco de Desarrollo de América Latina, forma parte de una iniciativa global de revitalización del Camino Real.

Como parte de la restauración, se llevó a cabo la reconstrucción de la fachada, tarea realizada con gran dedicación debido al valor histórico del edificio.

Escondido en un callejón que otrora fue paso principal y obligado del Camino Real, subsisten de pie las arcadas de adobe de lo que fue el edificio que albergó al viejo trapiche iniciado por Antonio Molas Del Viso en 1807, mucho antes de que las primeras cañas de azúcar sean plantadas en Tucumán por el cura rector José Eusebio Colombres.

La construcción aún no ha caído definitivamente gracias a que gente interesada en la revalorización de varios hitos turísticos en la histórica traza precolombina y colonial, hizo construir contrafuertes al mismo estilo constructivo hace algunos años.

“Las ruinas están sobre el Camino Real, el camino que unía las dos capitales de Virreinatos de la colonia. Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata y Lima, capital del Virreinato del Perú. Atravesaba varias de las actuales provincias argentinas, especialmente las del Norte. En el caso de Catamarca, pasaba por los actuales departamentos de Capayán, Valle Viejo y el viejo departamento Piedra Blanca (hoy Fray Mamerto Esquiú). En este último, ingresa por la falda de Allpatauca pasa por La Callecita y a la altura de La Tercena sube las sierras del Gracián para salir hacia Paclín.

Es importante tener en cuenta que el sistema de rutas de antes no es el mismo que hoy, y el único camino para entrar a la ciudad de Catamarca por el Norte, era éste. Lo que significa que era muy transitado: comercial, productivo, también el sistema de correo con postas pasaba por aquí”, resalta Mario Vera.

“Piedra Blanca por entonces tenía una importancia muy grande, no solamente porque este departamento era el principal centro productivo sino porque aquí estaba la Aduana, la Cárcel, el lugar tenía comedor y posta de caballares en aquel siglo XIX. Una parte está en pie, en las ruinas de El Polvorín”, apunta el historiador.

El hombre fuerte de ese momento era don Antonio Laredo, el “rico del pueblo”, aunque también tenía importancia la familia Segura, propietarios de la parte Sur del pueblo. Pero fue un foráneo, el español oriundo de Galicia don Antonio Molas Del Viso (1775-1835), quien hacia 1807 llegó a afincarse a Piedra Blanca y se casó con doña Justa Segura, hija del hacendado patricio Francisco Antonio Segura.

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