
A lo largo de 2024, más de 52.000 personas estuvieron ocupadas en actividades turísticas, una cifra que representa el 7,6% del total de empleos de la ciudad. Desde camareros hasta guías, desde conductores hasta artistas, el turismo demuestra ser un sector estratégico para el desarrollo urbano y humano.
En un contexto regional donde la informalidad y la precarización avanzan, Montevideo sostiene una estructura laboral con mayor proporción de empleo formal, paridad de género en varios subsectores y un claro anclaje en la población local: el 97,5 % de quienes trabajan en turismo residen en el mismo departamento.
Aun así, no todo es estabilidad: el empleo turístico retrocedió un 5,5% respecto a 2023, con cerca de 3.000 puestos menos. Una señal de alerta que pone sobre la mesa la necesidad de estrategias sostenidas para fortalecer el sector en clave de sustentabilidad y emprendedurismo.
El turismo como motor laboral
Si bien Montevideo no tiene la estacionalidad marcada de destinos como Punta del Este o Colonia del Sacramento, su oferta permanente de eventos culturales, congresos, gastronomía y circuitos históricos mantiene al turismo como un generador constante de empleo.
Los datos más destacados del último informe de la División Turismo de la Intendencia son:
Gastronomía y transporte terrestre lideran los rubros turísticos en ocupación.
El empleo formal predomina sobre el informal.
Hay una participación equilibrada entre mujeres y varones, aunque con fuertes diferencias según la actividad: mientras en gastronomía predominan ellas, en transporte la mayoría son hombres.
El nivel educativo de los trabajadores se concentra en la secundaria completa, lo que indica una base técnica que puede ser potenciada con formación en idiomas, herramientas digitales y atención al visitante.
¿Qué puede enseñar Montevideo?
Para el contexto argentino, donde muchas ciudades intermedias buscan posicionarse turísticamente como alternativas a los destinos saturados, Montevideo ofrece aprendizajes concretos:
La ciudad es protagonista de su propia estrategia: el turismo no se deja librado al azar, sino que se mide, se planifica y se vincula con otras políticas sociales y educativas.
Se piensa la sostenibilidad como oportunidad: promover el empleo verde, reducir la huella de carbono del transporte o impulsar el comercio local son políticas activas, no discursos decorativos.
Se valoriza el trabajo formal y local: la estabilidad laboral y el empleo dentro del propio territorio son metas explícitas.
El ejemplo de Montevideo también sirve como espejo: en momentos donde el discurso emprendedor muchas veces se reduce a la supervivencia individual, la capital uruguaya demuestra que el Estado puede —y debe— ser un socio clave del trabajo turístico.
Aporte económico y comparación regional
Aunque el turismo representa solo el 1,7% del valor agregado de Montevideo, esa cifra toma otra dimensión cuando se considera que la ciudad genera el 42% del PIB nacional. A diferencia de departamentos altamente turísticos como Maldonado (con un 21,2% de su economía atada al turismo), Montevideo tiene una matriz productiva más diversificada, pero eso no le resta peso al sector en términos absolutos.
Esto significa que, aunque proporcionalmente el turismo pesa menos, en términos reales Montevideo es uno de los motores económicos del país para esta industria.
Desafíos pendientes
El informe identifica también los temas que requieren atención:
La caída interanual del empleo turístico puede deberse a ajustes económicos, fluctuaciones del consumo o reconfiguración interna del sector.
Aún hay brechas de género, especialmente en los rubros más masculinizados como el transporte.
El autoempleo y los emprendimientos pequeños tienen poca incidencia, lo que señala la necesidad de políticas que fomenten nuevos actores.
Una mirada al futuro del turismo del mundo
Montevideo no es un destino turístico en el sentido tradicional, pero ha sabido construir una ciudad que emplea, que recibe, que produce cultura y que cuida a su gente.
En un momento donde en la región se discute qué tipo de trabajo queremos promover, el caso de la capital uruguaya ofrece un modelo posible: con planificación, con datos, con políticas públicas y con una apuesta clara por la sostenibilidad.
¿El turismo da trabajo? Sí. Pero más aún: puede dar trabajo digno, local, estable y verde. Solo se necesita la voluntad política para hacerlo realidad.