

Turismo uruguayo: un motor que aún puede girar todo el año
Uruguay después del histórico pico de 3,835,041 turistas en 2023, en 2024 recibió 3,341,829 visitantes, según cifras oficiales del Ministerio de Turismo, lo que representa una retracción del 13 % respecto al año anterior y generó US$ 1.750 millones en divisas, apenas un 1,5 % menos que el año récord anterior.
Se trata de uno de los sectores clave para el desarrollo del país, y, sin embargo, todavía presenta una estructura frágil y altamente concentrada: en temporada alta, en la costa, y con visitantes mayoritariamente provenientes de Argentina y Brasil.
En mi opinión, Uruguay está reescribiendo su narrativa turística: de ser un destino de verano, a convertirse en una propuesta para los 12 meses del año. Con trabajo coordinado, estrategia de mediano plazo y una mirada sensible al territorio, el país avanza hacia una nueva madurez turística, donde lo importante no es cuánta gente llega, sino qué experiencia se lleva".
Los números hablan: menos gente, pero mayor rentabilidad
En 2023, con 3,8 millones de turistas, Uruguay había alcanzado un pico histórico tras la recuperación postpandemia. En 2024, el descenso en cantidad no fue una alarma, sino una confirmación: los que llegan, se quedan más tiempo, gastan más y eligen experiencias distintas.
Entre los principales mercados emisores siguen estando Argentina (con más de 2 millones de visitantes), Brasil, Estados Unidos y Chile, pero crecen los flujos desde Europa, especialmente Francia, Alemania y España, que buscan productos como el turismo rural, el vino, el bienestar y las experiencias de naturaleza.
Termas, campo y ciudad: un país para todo el año
El gran objetivo estratégico es claro: desestacionalizar el turismo. Uruguay tiene todo para lograrlo, y lo está demostrando. En los últimos dos años, el Ministerio de Turismo, gobiernos departamentales y operadores privados han trabajado en:
Campañas de invierno y otoño centradas en las termas de Salto y Paysandú, con nuevos paquetes y mejoras en infraestructura.
Activaciones culturales y gastronómicas en ciudades como Montevideo, Canelones, Colonia y Lavalleja, con festivales, ferias y circuitos patrimoniales.
Ruta del vino en expansión, con más de 30 bodegas abiertas al turismo, muchas de ellas con propuestas de alojamiento, eventos y visitas guiadas.
Turismo de cercanía en pueblos rurales, estancias y costas menos saturadas, desde Santa Lucía hasta Aiguá y Castillos.
En este sentido, el nuevo ministro Pablo Menoni, que asumió en marzo de 2025, ha ratificado la línea de acción: “Vamos a apostar fuerte al turismo social, a los públicos que no estaban en el radar, y a integrar la experiencia turística con el desarrollo local”, expresó días atrás en entrevista con medios locales.
La oportunidad de Argentina y la región
Para el público argentino, Uruguay representa una escapada cercana y segura, pero también una posibilidad de reconectar con paisajes, sabores y valores que muchas veces se pierden en los destinos masivos. “No queremos más turismo". “Queremos mejor turismo”, dicen operadores turísticos del interior del país, en referencia a una visión que privilegia la calidad sobre la cantidad.
Con nuevas frecuencias de transporte fluvial y aéreo, opciones para todos los bolsillos y un calendario de eventos que se amplía mes a mes, Uruguay se postula como el país boutique del Cono Sur, accesible, diverso y con identidad propia.
Mucho con poco
Es reorganizar y distribuir mejor.
La clave no está en aumentar la cantidad de visitantes, sino en equilibrar su presencia en el tiempo y el territorio. Apostar a que haya más turismo en junio, en setiembre, en mayo. Que las ciudades intermedias y los pueblos chicos reciban tanto como las grandes postales costeras. Y que se siga trabajando en el perfil de quienes nos visitan: más motivaciones, más intereses, más estadías extendidas.
Desestacionalizar para sostener
La estacionalidad no solo limita el ingreso económico; también precariza el empleo, sobrecarga infraestructuras en picos de afluencia y genera desigualdad regional. Si Uruguay aspira a un turismo sostenible, debe profundizar el camino iniciado: campañas de invierno, eventos durante todo el año, alianzas con la educación y la cultura, y fortalecimiento del ecosistema turístico fuera del verano.
Lo dijo claramente el propio ministro Pablo Menoni: Hay que diversificar más el calendario y los mercados para no depender de un solo momento del año ni de un solo tipo de visitante” (fuente: Ministerio de Turismo).
Un nuevo modelo desde lo posible
La conversación sobre el futuro del turismo no puede quedar restringida a las ferias internacionales o los meses de verano. Implica políticas públicas sostenidas, inversión privada consciente y una ciudadanía que vea al visitante como una oportunidad de intercambio. No se trata de crecer por crecer, sino de hacer sostenible lo que ya tenemos. Que viajar a Uruguay –o dentro de Uruguay– sea una opción todo el año, para todos, y en todos lados.